La incontinencia urinaria, un tema que a menudo se aborda con reserva, ha llevado a muchas mujeres a abandonar la práctica deportiva, con las consecuencias negativas que el sedentarismo conlleva para la salud. Sin embargo, existe una solución viable: la capacitación específica de la musculatura del suelo pélvico. Estos entrenamientos se centran en realizar contracciones voluntarias para fortalecer esta musculatura, mejorando su capacidad para resistir esfuerzos, previniendo o tratando la incontinencia urinaria.
1. Por qué el deporte de alto impacto provoca problemas de suelo pélvico:
La práctica de deportes de alto impacto ha sido tradicionalmente vinculada al desarrollo de problemas en el suelo pélvico, especialmente en mujeres. Incontinencia y prolapsos de órganos pélvicos son los problemas más frecuentes. La causa es el exceso de presión que causan principalmente las fuerzas generadas durante actividades de alta intensidad, como saltos y el manejo de cargas significativas. Estos impactos, cuando se combinan con una falta de contracción adecuada de la musculatura del suelo pélvico, provocan un aumento sustancial en la presión intraabdominal que repercute desde el recinto abdominal hacia el suelo pélvico. Esta presión adicional compromete el cierre efectivo de la uretra, y la estabilidad ligamentosa y fascial, creando un terreno propicio para la aparición de condiciones como la incontinencia urinaria y el descenso de los órganos pélvicos.
2. Cómo prevenir problemas de suelo pélvico en mujeres deportistas:
La prevención de problemas de suelo pélvico en mujeres activas requiere estrategias específicas y proactivas. La clave está en la prevención, antes de que aparezcan los síntomas con programas de entrenamiento diseñados específicamente para fortalecer la musculatura del suelo pélvico. Estos programas deben incluir contracciones voluntarias y progresivas, junto con la conciencia activa durante actividades de alto impacto. Técnicas como el "knack", que implica una contracción fuerte previa a la realización de ejercicios, pueden ser clave para mejorar el cierre de la uretra. La diversificación de contracciones, mejora de la estabilidad abdominal y lumbopélvica así como la integración de posturas de pie y gestos deportivos, se erigen como elementos esenciales en la estrategia preventiva.
3. Evidencia y programas de ejercicio científicamente demostrados:
La comunidad científica respalda de manera sólida la eficacia de programas de ejercicio específicos para el suelo pélvico. Un reciente meta-análisis que abarcó a 187 mujeres deportistas evidenció mejoras notables en la máxima contracción voluntaria del suelo pélvico tras la implementación de un protocolo estructurado. La duración óptima de estos programas, que varía entre 6 y 16 semanas, se organiza en etapas, desde la identificación de contracciones hasta el fortalecimiento progresivo y las contracciones de potencia. La combinación estratégica de contracciones cortas y largas, junto con la introducción de sobrecarga progresiva, ha mostrado reducciones significativas en las pérdidas de orina y mejoras en la función del suelo pélvico. A pesar de la controversia en torno a la técnica hipopresiva, la evidencia respalda firmemente la eficacia de programas científicamente fundamentados para prevenir y tratar problemas de suelo pélvico en mujeres deportistas.
El respaldo científico a la eficacia de los programas de entrenamiento del suelo pélvico va en aumento. Un reciente análisis de múltiples estudios que incluyó a 187 mujeres deportistas, sin historial de maternidad y sometidas a un programa de entrenamiento específico, evidenció mejoras notables en la máxima contracción voluntaria del suelo pélvico, confirmando así la eficacia del programa de intervención. Este indicador es esencial para brindar un soporte estructural durante los incrementos de la presión intraabdominal inducidos por la actividad física y las acciones diarias, como toser o estornudar. Además, la frecuencia de pérdidas de orina también experimentó una reducción significativa tras varias semanas de entrenamiento.
En relación con los protocolos de entrenamiento del suelo pélvico, las intervenciones, que variaron en duración de 6 a 16 semanas, se estructuraron en distintas etapas. Estas abarcaron desde la identificación y concientización de las contracciones, hasta la estabilización y fortalecimiento progresivo de la musculatura del suelo pélvico, finalizando con contracciones de potencia durante la práctica deportiva. Esta última fase tiene como objetivo mejorar el cierre de la uretra durante las acciones deportivas que pueden dar lugar a pérdidas de orina. Estrategias como "knack", que implica una contracción fuerte antes de realizar ejercicios deportivos, demostraron ser beneficiosas. Asimismo, la combinación de contracciones de diferentes duraciones, junto con una sobrecarga progresiva, resultó eficaz, reduciendo los períodos de descanso y evolucionando hacia posturas de pie y gestos deportivos.
A pesar de estos avances, el uso de la técnica hipopresiva ha generado controversia debido a la insuficiencia de evidencia científica que respalde su recomendación como tratamiento para el suelo pélvico, a pesar de su difusión generalizada.
Beatriz Gisbert - Fisioterapeutas
Dr. Zamenhof nº 29 y 31 bajos
Centro Clínico Amado
Valencia. 46008. España.
Teléfono 635 25 27 23
info@suelopelvicovalencia.es