Llamamos prolapsos al descenso de los órganos internos que se descuelgan a través de la vagina de la mujer. En los varones, cursaría como una hernias inguinal, escrotal o abdominal. Como la estabilidad del suelo pélvico en la mujer es peor, suelen descender a través de la vagina desde dentro de la pelvis.
En la mujer llamamos cistocele al descenso de la vejiga urinaria, uretrocele al descenso de a uretra, rectocele a las descenso del recto, histerocele al descenso de la matriz y prolapso rectal al descenso de la mucosa por el ano.
La obesidad, el estreñimiento crónico, el embarazo, los esfuerzos físicos de repeticion o el parto pueden haber causado el descenso de alguna víscera en tu pelvis. Muchas veces la matriz, la vejiga, la uretra o el recto tienden a perder su estabilidad y sientes
dificultades al orinar o defecar, posibles infecciones, pesadez, sensaciones de bulto vaginal o molestias sexuales.
El entrenamiento muscular del suelo pélvico con ejercicios de Kegel y otros métodos de activación tónica bien guiados por tu fisioterapeuta pueden ayudarte. El trabajo específico del abdomen con gimnasia abdominal hipopresiva basado en la aspiración diafragmática y la reeducación postural, descongestionan la pelvis y favorecen la estabilidad y el reposicionamiento de las vísceras abdominales y pélvicas.
No esperes más para empezar el entrenamiento.
Fortalece intensamente tu suelo pélvico y tu abdomen con ejercicios adecuados guiados por tu fisioterapeuta.
Es la clave para frenar el avance y
prevenir la cirugía.
Ahora es el mejor momento de empezar y tomártelo en serio. No esperes más, pues la tendencia es que estos problemas desgraciadamente es agravarse, empeoran con la edad.
Prevenir su aparición, recuperar la estabilidad pélvica, prevenir el empeoramiento y frenar su evolución son claves para mantener la salud y fortaleza pélvicas sea cual sea su edad.