La terapia manual y la liberación miofascial normaliza las tensiones de los tejidos conectivos permitiendo la relajación de estructuras internas, liberando adherencias y mejorando la función intrínseca de los órganos internos y de los músculos.
Se utilizan mucho en los tratamientos pélvicos pues abordan de forma integral e indirecta las estructuras musculares, estabilizadoras, nerviosas y favorece la circulación sanguínea y el drenaje linfático. Es la primera etapa del tratamiento en muchas patologías y preparatoria al entrenamiento muscular. Cuando existe libertad, no hay dolor y permanece la relajación muscular comienza a trabajar la contracción y estabilización correcta de los músculos.
En la pelvis existen grandes estructuras estabilizadoras (ligamentos, fascias y aponeurosis) que se conectan y ayudan a soportar el peso de los órganos internos del abdomen y la pelvis enganchándose en las paredes de la pelvis ósea. Tapizan la parte interna y externa de los órganos y los relacionan con estructuras musculares y ligamentosas y con el propio esqueleto. Son tejidos muy fuertes y rígidos, ricos en colágeno pues soportan muchos cambios de presión y esfuerzos durante el día a día.
En las intervenciones quirúrgicas son perforados y luego cicatrizan generando adherencias muchas veces entre planos de grasa, músculo, fascia... En operaciones como: cesárea, histerectomía, laparoscopia abdominal o cirugías abiertas se crean cicatrices externas y también internas. Muchas veces la endometriosis, los miomas, el cáncer,... requieren intervenciones que suponen la ruptura de estos tejidos fibrosos, grasos, musculares y fasciales (miofasciales) que al cicatrizar pueden quedar enredados en cicatrices internas ( adherencias) que si quedan rígidos o adheridos entre planos pueden tener consecuencias negativas en al salud de las personas: dolor, limitación funcional, mala función visceral...
Las técnicas miofasciales buscan la liberación y reequilibrio de esas capas de tejidos de diferentes características para mejorar las funciones viscerales y musculares. Son técnicas suaves, agradables y nunca dolorosas que procuran deslizamientos y fricciones entre los planos de los tejidos y que suponen una mejora y normalización de las tensiones internas y superficiales del cuerpo.
Sus efectos son muy beneficiosos: alivio del dolor, mejora la movilidad, disminuye la tirantez, libera adherencias y permite la mejor función de los órganos internos y los músculos, mejorando el deslizamiento de los nervios periféricos, favoreciendo la circulación sanguínea y conducción nerviosa.